La memoria es una función de nuestro cerebro que nos permite codificar y almacenar todo tipo de información que adquirimos mediante la experiencia y aprendizaje y podemos recuperar en un determinado momento. La memoria permite a las personas tener una visión continua y coherente de tofo el ciclo de vida pasado y presente.
A medida que envejecemos, nuestro cerebro sufre cambios que en ocasiones pueden incidir sobre nuestra memoria. Las personas mayores suelen empezar a tener fallos de memoria que la mayoría de las veces no son motivo de preocupación. A medida que cumplimos años, la memoria aumenta en el recuerdo. Cuando somos mayores, solemos acordarnos mejor de episodios de cuando éramos más jóvenes o de cuando nuestros hijos eran pequeños. Si la memoria se instala en el recuerdo, la persona empieza a perder la realidad presente.
Es posible entrenar nuestra memoria con el fin de prevenir y/o frenar su deterioro. Algunos ejemplos de ejercicios y de hábitos con el fin de ejercitar la memoria podrían ser:
Vida social; actividades que potencien la vida social que pueden ser todo tipo de actividades que se realicen en grupo, las relaciones con los demás estimulan nuestro cerebro y activan todos los procesos neurales, beneficiando también nuestra memoria.
Memoria visual a Corto Plazo; por ejemplo, con la ayuda de una revista o un catálogo, observar las fotografías que aparecen, cerrarla e intentar recordar lo que hemos visto , enumerarlo y comprobarlo
Ejercitar habilidades de psicomotricidad fina; actividades que involucren habilidades de psicomotricidad fina como tejer, dibujar, pintar, colorear o realizar rompecabezas también estimulan nuestro cerebro y por lo tanto a nuestra memoria.