El cerebro es un órgano que hay que entrenar para que su estado sea saludable en el tiempo. Para los adultos mayores, mantener la actividad intelectual es indispensable para prevenir el deterioro de la memoria. Los juegos con palabras y números, armar puzles o escribir un diario auto son actividades que estimulan la mente y mejoran la calidad de vida.
El paso de los años contribuye a que se produzca un deterioro de la memoria. Para que ese deterioro no sea importante, debemos realizar un adecuado mantenimiento, al igual que la actividad física contribuye a mantener el cuerpo en buenas condiciones.
Para estimular las sinapsis, las conexiones neuronales, podemos buscar formas de romper con la rutina, y hacer que el cerebro deje de funcionar de manera automática. Como, por ejemplo, hacer trayectos diferentes para visitar lugares habituales, realizar tareas con la mano opuesta a aquella que utilizamos como sostener un vaso, usar el mando a distancia, cepillarse los dientes.
Ver, oler, oír, tocar o saborear cosas e intentar memorizarlas, sirven para estimular nuestra memoria sensorial. Algunos ejemplos de actividades pueden ser: jugar al ‘Memory’ (juego de parejas), que consiste en colocar una serie de cartas boca abajo e ir destapándolas de dos en dos hasta encontrar todas las parejas de imágenes que coinciden entre sí en el menor número de movimientos posible; intentar descubrir olores de especies cerrando los ojos; escuchar determinados sonidos y asociarlos con el objeto o animal que los produce; tocar distintas texturas con los ojos cerrados y adivinar con qué material se corresponden.
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